En 2013 compré mi primera cámara DSLR y me sumergí en la fotografía digital. Primero me atrajeron los paisajes, tranquilos, pacientes y siempre acogedores. Con el tiempo, mis intereses se ampliaron para incluir la astrofotografía, los paisajes urbanos, la arquitectura y, ocasionalmente, la fotografía callejera. Aunque sigo evolucionando como artista, nunca he perdido de vista lo que la fotografía significa para mí: es un proceso meditativo y gratificante que me invita a bajar el ritmo, observar con más atención y conectar tanto con la grandeza como con la sutileza del mundo que me rodea.

Tras jubilarme en 2022 de una larga carrera en gestión empresarial, empecé a dedicarme a la fotografía a tiempo completo, no como profesión, sino como estilo de vida. Ahora paso todo el tiempo que puedo en el campo, a menudo durante las tranquilas horas de la semana que antes pertenecían a reuniones y plazos. Hay algo profundamente terapéutico en estar solo con una cámara en la naturaleza, observando cómo cambia la luz en un paisaje o captando la belleza de una forma arquitectónica.

Durante mucho tiempo, mantuve mi trabajo en privado. Pero después de ver a mis hijos tomar la iniciativa de imprimir y enmarcar algunas de mis imágenes como regalo del Día del Padre -y más tarde preparar yo mismo unas cuantas impresiones- me di cuenta de que había llegado el momento de compartir mi visión más ampliamente. De eso trata este sitio web: no de promoción, sino de conexión.

Si mi trabajo te conmueve, me sentiría honrado de saber que ha encontrado un lugar en tu casa u oficina. Si no, tampoco pasa nada. Fotografío por el placer de hacerlo y por la tranquilidad que aporta a mi vida.

Gracias por tu visita y por ver el mundo a través de mis ojos, aunque sea sólo por un momento.